La evaluación arroja luz sobre la influencia que los manuales tienen en el universo escolar argentino y arroja hallazgos y conclusiones significativas respecto a su apropiación en todo el país. Asimismo, da cuenta de cómo estos manuales sobre Ciencias de la Computación para docentes de nivel primario y secundario – diseñados en conjunto por la iniciativa Program.AR de la Fundación Sadosky y cuatro Universidades Nacionales, ayudan a organizar las clases, motivar a los estudiantes a tratar temas de tecnología en las materias específicas (informática, tecnología o afines) y otros espacios curriculares.
El estudio se enfoca en cómo se integró el material al contexto áulico desde su primera edición en 2018-2019. Elaborado en conjunto con cuatro universidades nacionales (Centro de la Provincia de Buenos Aires, Universidad Nacional de Córdoba, Universidad Nacional de Quilmes y Universidad Nacional de La Plata), el contenido está disponible en versión digital e impresa para el nivel primario y secundario de las aulas de todo el país.
El informe coordinado por Martín Scasso, de la Fundación Quántitas, analizó la percepción de los docentes en dimensiones como la calidad de la propuesta didáctica y el contenido disciplinar, la claridad de las explicaciones, la propuesta gráfica, las orientaciones para el docente y el material para los estudiantes, y en cada aspecto los resultados fueron sumamente positivos.
La evaluación, de hecho, permite situar rápidamente la apropiación del material: los manuales vienen teniendo un alcance muy similar en las 24 jurisdicciones nacionales, y una presencia mayor en Córdoba, Entre Ríos, Neuquén y Ciudad de Buenos Aires.
A través de la puesta en marcha de diferentes metodologías como encuestas a los docentes, focus group y observación de la actividad docente, el equipo de especialistas evaluó la función de este recurso pedagógico como facilitador de la organización y el desarrollo de la clase; la recepción de las propuestas por parte de los estudiantes y la calidad y pertinencia de los contenidos incluidos en las actividades.
Una herramienta de planificación
El informe deja en claro que los manuales cubren un enorme vacío de material didáctico para la enseñanza de Ciencias de la Computación en las aulas argentinas. Los contenidos, distribuidos en cuatro tomos (primer y segundo ciclo de primaria y de secundaria) compilan y organizan un conjunto de actividades que ordenan la enseñanza.
Los manuales son valorados como un gran facilitador de la organización y planificación de las clases: les ahorra tiempo de trabajo y ofrecen una clasificación y jerarquización de los temas a tratar a la vez que propone actividades creativas para el tratamiento de los temas. El material, al incluir un recorrido de las diferentes situaciones a resolver, les permite anticipar o prever dificultades o preguntas que pueden surgir durante las actividades.
En otro sentido, la mayoría de las y los docentes que contribuyeron al desarrollo del estudio manifestaron que la programación es la “alfabetización del futuro” y que transmitir estos contenidos preparará mejor a los estudiantes a saber “leer” el mundo en el que viven, particularmente a los entornos y dispositivos digitales. Para estos docentes, saber programación es saber manejar el “lenguaje que hablan” las computadoras.
Asimismo, el informe puso en evidencia algunas necesidades de los docentes en relación a los manuales como herramientas, como el de tener un espacio en el que se puedan compartir experiencias, materiales, dudas o recomendaciones para la enseñanza de las Ciencias de la Computación en el aula. También para documentar y alentar las buenas prácticas. A la vez surgió un amplio nivel de acuerdo sobre la importancia de contar con una instancia de formación que acompañe y complemente el uso de los manuales.
Entusiasmar para aprender
Las motivaciones que tienen por un lado los docentes a la hora de enseñar Ciencias de la Computación y por otro los y las estudiantes de aprender, fue uno de los aspectos indagados en el estudio.
La incorporación de estos contenidos estuvo asociado al interés de los estudiantes por estos temas cuando la programación o la digitalización se vinculan con su vida cotidiana y sus preocupaciones; poniendo el eje en el desarrollo de competencias para el uso crítico de la tecnología.
Siguiendo las propuestas de los manuales, los estudiantes asumen un aprendizaje activo y valoran muy positivamente el carácter “interactivo” de las propuestas y el hecho de que pueden desarrollar “productos finales concretos; promoviendo el hacer para luego reflexionar sobre la experiencia”. Una propuesta entretenida, que captura el entusiasmo de los estudiantes, es para los docentes sinónimo de una clase con buenos resultados.
Articulación con otras materias
Las prácticas de uso del manual lo posicionan como un material con una fuerte capacidad de adaptación a diferentes contextos. Un 52% de las y docentes participantes se desempeña en el nivel secundario mientras un 30 % lo hace en el nivel primario y un mínimo porcentaje -un 8% – son miembros de equipos directivos; pero también hay un porcentaje pequeño de usuarios de manuales de nivel terciario superior no universitario y universitario.
Un gran grupo de docentes usuarios son profesores de secundaria de materias vinculadas a informática o TIC, pero hay numerosas experiencias de uso en una amplia variedad de espacios curriculares, y bajo diferentes esquemas de articulación con otros contenidos.
Se pudieron observar experiencias de articulación de la Ciencias de Computación con Matemática (en la elaboración de figuras geométricas regulares); Ciencias Naturales (elaboración de un programa para definir procedimientos de siembra) o en Lengua y literatura (desarrollo de historietas en Scratch).
Otros datos obtenidos en la evaluación dan cuenta de quiénes utilizan el material habitualmente. Si bien la mayoría de los usuarios son docentes del nivel secundario a cargo de asignaturas vinculadas a la informática o computación, el informe reveló que hay una multiplicidad de contextos de uso: nivel inicial, educación superior universitaria y no universitaria, y educación de jóvenes y adultos. En el nivel primario y secundario, el uso de los manuales está distribuido en ambos ciclos, con una menor presencia en los primeros años de primaria. Un grupo importante son mujeres y con cierta experiencia en la docencia; con título de grados o posgrados. De los cerca de 2600 docentes que solicitaron los manuales impresos, el 63% eran de sexo femenino, de en promedio 43 años.
Del informe, además, surge que quienes han participado de las capacitaciones de la Iniciativa Program.AR (en formato de cursos o especializaciones, por ejemplo) muestran una mayor apropiación del material: comprenden con mayor profundidad el porqué de la organización general del contenido pero también de la secuenciación interna de cada actividad. Esto hace que las adaptaciones y mejoras que algunos docentes realizan a la hora de llevar las propuestas al aula potencien la propuesta de los materiales.
Se puede leer el informe completo acá y descargar los manuales en este link.